Antes de llegar a Cristo era un hombre con una vida desordenada, tenía muchas debilidades que me hicieron cometer muchos errores que afectaron no solo mi vida personal sino también mi relación matrimonial al punto de separarme de mi esposa durante dos años por estar entre bebidas, vicios y mujeres.

Mi esposa comenzó primero en los caminos del Señor. Luego llegué yo a la iglesia Elim, y aunque quería escuchar del amor de Dios, no quería aceptar mi reconciliación matrimonial, pero escuchando las enseñanzas y en mi proceso de aprendizaje, hoy gozamos de un bello matrimonio, Dios cambió nuestras vidas y trabajamos unidos en la iglesia como líderes ministeriales para la gloria y honra de Su nombre.